6/6/08

Desarrollo urbano=Parking+Tranvía a ninguna parte

La cafetería Cónsul ha sido la primera en poner una demanda al Ayuntamiento por los perjuicios que le está ocasionando la construcción del parking de San Esteban. Lo más probable es que no sea la única. Pero ¿qué vamos a hacer los murcianos cuando veamos el centro de Murcia colapsado por coches, y por tanto, rebosante de polución? ¿Demandaremos a alguien?

Una muestra clarificadora del nuevo error político del PP, son las políticas que se están llevando en la Unión Europea en cuanto al control de la polución en las grandes ciudades. Quizás nuestros queridos gobernantes regionales del PP piensen que Murcia es una pequeña ciudad. Quizás lo piensen ,y lo digan, según les interese. Pero los estudios presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuestan por un modelo de ciudad radicalmente distinto. El enfoque de la OMS es puramente sanitario, es decir, que por la salud de los murcianos el PP debería modificar su postura (¿demasiado tarde?).

En lugar de fomentar el acceso en vehículos privados (cada cual con su coche) al centro de Murcia, el Gobierno regional debería restringirlo para disminuir la polución que acompaña a los atascos. Una medida que tomó la UE fue permitir que los poseedores del carné de conducir B1 (el clásico carné de conducir), pudiesen conducir motocicletas de hasta 125 cm3. Debido fundamentalmente a que las motos producen menos atascos a la vez que consumen menos combustible (y por tanto desprenden menos CO2).

Otra alternativa es el peaje urbano, es decir, el pago de una tasa o peaje para circular por determinadas vías urbanas, o por el interior de un recinto. Es un sistema de regulación de la circulación que se inicia en Singapur, en 1975, continúa en Bergen, Oslo y Trondheim, en Noruega entre 1986 y 1991, y se adopta en Roma en 1998.

Con distintos objetivos, tecnologías, tarifas y exenciones, las experiencias de peaje urbano han resultado un éxito. Un éxito de objetivos, con reducciones importantes de tráfico, la congestión o las emisiones, allí donde se implantaron con esta finalidad (Singapur, Roma, Londres, Estocolmo), y con importantes recaudaciones de fondos, allí donde se utilizaron para financiar carreteras y autopistas urbanas (Noruega, en un principio). Éxito de funcionamiento, por la fiabilidad de los sistemas electrónicos de control, así como de pago automático de la tarifa, ambos perfectamente resueltos. Éxito financiero, ya que los peajes urbanos generan importantes beneficios económicos. Y éxito frente al riesgo de falta de equidad social, gracias a la reinversión de los beneficios para minimizar los perjuicios a los conductores de menores recursos y malas alternativas de transporte. A subrayar que no se han demostrado efectos negativos sobre el comercio o los negocios del ámbito que, a la larga, se beneficiarán de una mayor calidad ambiental.

A pesar de todo lo más fácil y cómodo para todos sería que se apostase por mejorar el servicio público. Ya sea el autobús, ya sea el tranvía, que no lleva a ninguna parte, y por tanto no sirve para nada (aunque la idea original no era mala si se hubiese hecho bien). La trasnochada solución de poner gratis el autobús los domingos es el chocolate del loro.

Cuando se termine el parking el daño ya estará hecho. Pero, para algunos, la culpa es y seguirá siendo de Zapatero. Tiempo al tiempo.

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